ALFIO GRIFASI Y SU PINTURA

El Tribuno Salta
Domingo 6 de Diciembre de 1953

ALFIO GRIFASI Y SU PINTURA
Por Edgar Arroñade

“El perro, más que un cuadrúpedo de pelos largos o cortos, es ese largo ladrido que oímos en la noche subir hasta la luna” Paul Klee.

Cuando la realidad objetiva de los plásticos en orden y composición, surge una expresión eminentemente plástica cuyos caracteres fundamentales son abstracción y universalidad.
El mundo sustancial de las cosas se resuelve en un sistema formal y colorístico. La sujeción del pintor a la estricta realidad de lo puramente visual suele arrastrar a un arte decadente y envilecido.
Hace muchos años que el arte en general se ha convertido en un problema. Y lo que es más importante, es que la problemática del hombre mismo ha dado como resultado una revisión total sobre el hacer humano en todos los campos del saber.
Una pléyade de jóvenes saben hoy perfectamente el papel que les cabe en el mundo. Y todos trabajan humildemente en el silencio.
Alfio Grifasi es uno de esos jóvenes, que trabajan en su taller y lentamente va conquistando una técnica que le permita expresarse mas libremente en el terreno de la práctica.
Lo pictórico no existe en función del mundo de los objetos, es una realidad en sí misma sujeta a leyes. La forma como vehículo de lo plástico nos está dada por la sensación en que la reacción estética es el conjuto de todos los elementos de lo cualitativo humano.
No nos interesa por ahora el problema de lo figurativo o no figurativo. Nos interesan las posibilidades que surgen de un sistema técnico para la expresión pictórica. Kandinski escribe que “un ángulo tocando un círculo es tan efectivo para la plástica como el dedo del hombre tocando un dedo de Dios en un cuadro de Miguel Angel”.
Cuando el color y la línea se encuentran en el lienzo, surge una infinidad de problemas que tienen que ser resueltos de acuerdo a ciertos valores eminentemente plásticos.
La obra de Grifasi es una síntesis de sensibilidad y abstracción. Muy intelectual, conserva sin embargo gran sensibilidad que hace vibrar la materia, llegando a crear, la más de las veces, verdaderos poemas en que las palabras están suplantadas por líneas y colores.
“Los Gatos”, “Títeres”, y todos los objetos se han despojado de toda materialidad, se han escencializado en tal grado, que no queda nada mas que eso, las escencias de las cosas. Los objetos pintados han dejado de ser “cosa”, y se han convertido en un juego abstracto de lo plástico sin perder nunca el valor de lo figurativo.
En un mundo poético como el de Grifasi, los animales y objetos ofrecen pasibilidad infinita para un lenguaje plástico bien manejado.
En un proyecto para jaula de loros lo veremos manejando colores violentos en contraste. “Los Gatos” están tratados en grises, haciendo juegos tonales, lo veremos manejando los colores que nazcan en la armonía de su imaginación de artista.
Inventar y descubrir es en el fondo lo fundamental de todo hacer en el terreno del arte. Por eso toda obra es una abstracción para el espíritu.
Los colores y las formas determinan una imagen particular de las cosas.
La recepción por parte del espectador es un problema que jamas debe ser olvidado por el pintor. Cuando se establece la correspondencia entre el espectador y el artista se evidencia que la obra es una abstracción para el mundo imaginario de los hombres.
El mundo y la vida no están hechos solamente por lo que se percibe, sino también por lo que se concibe.

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